Bares de tertulias y conversaciones inacabables

Es el caso de los del increíble y muy turístico Pasaje de Gutiérrez, lugares de café y charlas largas y animadas y muchas más en tiempos frescos como es el otoño vallisoletano.

Una discusión interminable sobre fútbol o acerca de las dos primeras dinastías del antiguo Egipto, en la época tinita, aunque muchos creen que la capital estaba en Menfis y no en Tanis, lugar de origen de los faraones.

La cercana calle de Regalado y sus muchos establecimientos de comercio gustan a todo el mundo porque aquí lo que nos va es pasear aunque haga un poco de frío.

En 1746 los vallisoletanos conseguimos que Pedro Regalado subiese al Cielo o por lo menos, fuese reconocido como tal por la Iglesia. Nuestro primer Santi y esperemos que no sea el último fue un hombre misterioso a caballo entre Valladolid y el sur de Burgos porque murió en La Aguilera, cerca de Aranda de Duero. El milagro del toro, cerca de Boecillo tuvo que pesar mucho y tal vez probase el santo el buen vino de la Ribera del Duero en el lejano siglo XV, siempre convulso y con una península Ibérica fragmentada en cinco reinos.

En 1746 acaba el reinado de un descendiente de Ana de Austria, Felipe V y toma el relevo Fernando VI hasta 1659, casado con una hermana del rey portugués, Bárbara de Braganza. Morirá sin hijos y tomará el relevo el rey de Nápoles Carlos III, del que las malas lenguas dicen que es hijo de Alberoni e Isabel de Farnesio y no de Felipe V.

 

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