Sorprendente




 Cada artista representan la belleza como quiere y la creatividad es algo que no tiene límites, como sabía el pintor catalán Salvador Dalí, gran amigo del Camino de Santiago y con una imaginación desbordante que le llevó a plasmar el mundo de los sueños.

Pasearse por la plaza de San Pablo, una de las más históricas de todo el mundo es toda una experiencia por sí sola y es posible encontrar a gente interesante o cosas nuevas y que sorprenden hasta al más pintado. Solamente falta ir por allí y disfrutar. No hay otra opción.

La iglesia de San Pablo, el Palacio Real y el Palacio de Pimentel nos llevan a la Edad Moderna sin necesidad de la máquina del tiempo de HG Wells pero también hay que ir a la calle de las Cadenas de San Gregorio y ver el Museo Nacional de Escultura y el Palacio de Villena, cerca de la Casa del Sol y San Benito el Viejo.

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