Ciudad de miedo

Mucho más que la Silla del diablo que estuvo colgada en la capilla de la Universidad boca abajo y ahora está en el Museo Arqueológico de Fabio Nelli. Mucho más que la historia del niño perdido de la calle Esgueva.
Mucho más que las historias del Pisuerga... Diabólicas.
Valladolid hubiera gustado a autores decimonónicos de terror y seguro que también al irlandés Óscar Wilde.
Las historias de fantasmas de José Zorrilla impresionan. Nunca se sabe lo que puede uno llegar a ver si mira hacia la iglesia de San Martín.

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