Sol y sombra

Junto al Instituto Zorrilla nos encontramos la estatua del rey de España y Portugal, Felipe II, al que es realmente difícil calificar como bueno o malo. Si bien evitó guerras de conquista o depredadoras, fracasó en su intento de conquista de Inglaterra o tal vez no debió haberse hecho cargo del trono portugués tras la muerte en Marruecos de su sobrino el joven Don Sebastián.
Felipe era nieto de Don Manuel I el Afortunado, que pretendía que un descendiente suyo gobernase en toda la península y lo consiguió, llevándose a cabo la unidad ibérica, algo que ni en tiempos romanos o visigodos se logró pero no era más que una unidad personal y que duró poco. Portugal tenía enemigos muy fuertes a los que Castilla no podía hacer frente pero todavía peor les fue con la dinastía de Braganza al convertirse en protectorado inglés y perder su imperio en Asia a pesar de acabar con la presencia de los holandeses en el Brasil.
La rebelión de Cataluña de 1640 fue bien aprovechada por el cardenal Richelieu, católico pero que apoyó al bando protestante en la guerra de los Treinta Años pero no se nos olvide que se estuvo muy cerca de vencerle, faltó apoyo germánico para haber entrado en París. La guerra entre cuñados: Felipe IV y Luis XIII acaba con victoria del francés.