Condenados por herejes



 El emperador Carlos V respeta la vida del monje agustino alemán Martín Lutero pero no logra que se retracte y acabé con la Reforma de una vez. Los príncipes alemanes del Sacro Imperio Romano Germánico buscan hacerse ricos y apropiarse de los bienes de la Iglesia Católica rápidamente.

Tras la paz de Augsburgo, que concedía libertad religiosa a los príncipes y no a los súbditos, llegaron tiempos de tolerancia con el sobrino de Felipe II, Rodolfo II y antes con el padre de su cuarta mujer, Maximiliano II, cuya hija Ana nació en Cigales.

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