El cobarde también merece una segunda oportunidad




 El cobarde también merece una segunda oportunidad porque tal vez no tuvo medios ni herramientas para gestionar sus miedos, no tuvo ayuda ni sabía lo que había que hacer en esos casos o momentos. Si a esto se suma su inutilidad y torpeza, le convierte en algo mucho peor que el malo, que solamente fastidia de vez en cuando y el cobarde y torpe no para nunca. Se merece su castigo pero no actuó con mala intención. Su ego le cegó, al igual que pretender ser como otros que valen mucho más que él. No supo reconocer sus fallos y limitaciones, no supo convertir en afición sus adicciones ni supo hacer las cosas bien, por lo que ahora lo está pasando mal y pagando por sus errores, que no pretendió cometer, pero en los que cayó porque no estaba preparado para afrontar y dar la cara en ciertas situaciones y en determinados casos y momentos. Hay que saber decir que no y retirarse a tiempo. Todo se paga y casi siempre, con creces. Por su culpa, otros fueron perjudicados y no se atrevió ni a dar la cara y se escondió como el cobarde que es, por lo que debe pagar por sus errores.

Hasta pronto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

ESCUDOS LABRADOS EN PIEDRA

La NBA tuvo su época dorada

Separación dolorosa