Huí, me escondí y ahora pago por mi cobardía
Huí para no tener que afrontar mis problemas y de paso, dejé tirados a otros, traicionándolos y escondiéndome como el cobarde que soy. No tuve lo que había que tener y huí. Me merezco el sufrimiento que he pasado y ni siquiera me atreví a pedir perdón a quienes dejé en la estacada. No he sido un hombre, sino que he huido como el niño más cobarde de todo el colegio, como un desperdicio humano rastrero que he sido. Lo siento, pero ni me atrevo a pedir perdón. Me lo merezco. No aprender ni madurar, huyendo y eludiendo mis muchas responsabilidades supone hacerse daño a sí mismo y lo que es mucho peor, a otros. Os he decepcionado a todos. Soy un desperdicio que tiene lo que se merece. Esto es lo que hay y mi sufrimiento está más que justificado y merecido. Lo siento mucho. Os traicioné y huí como un desertor en la guerra. Tuve la culpa de todo. Me lo merezco y sufro las terribles consecuencias de mi error. Lo siento mucho.
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