Armenia, esplendor y decadencia

 Nuestra ciudad lo fue todo y pasó a ser nada cuando la Corte Real se volvió a la villa de Madrid y con ella muchos escritores y artistas como Quevedo, Góngora o Miguel de Cervantes.

Armenia era la menos extensa de las Repúblicas Socialistas Soviéticas aunque fue un imperio poderoso en otros tiempos. Lugar de civilizaciones antiguas, pasa a ser persa, macedonia, romana, bizantina, árabe y algunas veces independiente como en el siglo XI y a partir de 1991, con la desaparición de la Unión Soviética.

Sus relaciones con el vecino azerí no son buenas y principios de los noventa dilucidaron sus problemas a tiros. No es algo nuevo. Ese país situado estratégicamente casi siempre ha estado en zonas de conflicto y gran parte de su territorio nacional está ocupado por Turquía, incluso el mítico monte Ararat, el del Arca de Noé. No olvidemos el genocidio armenio tras la Primera Guerra Mundial. Kemal supo jugar bien sus cartas y aumentar la extensión de su país.

Es un país histórico y muy interesante como el nuestro, con el que guarda similitudes. 

A Lenin no le importó perder territorios con tal de que hubiera paz y Kars y Ardahan son turcas desde ese momento. El país de Hayak lo tiene todo salvo el mar aunque sí lagos.