Calle de los Moros y gusto por la antigua Persia
La calle de los Moros une la calle de la Esgueva con la iglesia de San Martín. El nombre es claro aunque en la Edad Media fue también un lugar de judíos. Hubo y hay de todo por esos lugares tan buenos para tapas y copas. Un buen vino con gaseosa lo soluciona todo y mejor en una terraza de verano.
Nos dirigimos por San Pablo de San Martín a San Miguel y nos percatamos de que ya no existe el convento en el que el desafortunado Carlos II contrajo matrimonio por segunda vez, esta vez con Mariana de Neoburgo, de la baja nobleza del Sacro Imperio Romano Germánico. No tendrá hijos y la Casa de Habsburgo se extingue para siempre en España. Antes de había reconocido la independencia de Portugal, algo que ya era un hecho desde hace tiempo.
Cerca de San Miguel está la plaza de Santa Brígida, antigua diosa Brigitte que los cristianos se apropian para siempre.
Encontramos una columna cuyo capitel, no demasiado bien conservado recuerda a la religión persa del Mazdeísmo, que guarda semejanzas con el Cristianismo.
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