La hija de Carlomagno
Da nombre a un bazar de nuestra ciudad y es un país neutral aunque ya independiente. Es un paraíso fiscal donde muchos dicen vivir para pagar menos impuestos; era el caso de la tenista catalana Arantxa Sánchez-Vicario y de tantos otros. La paz de los Pirineos de Felipe IV el Grande (esto era metafórico) se la entregó a Francia pero resurgió tras la Revolución Francesa como un coprincipado hasta su independiente, muy reciente. Se habla de Andorra y llama la atención ver algún euro de allí o alguna matrícula de ese país pirenaico en nuestra ciudad. Es algo que me gusta.
Enrique IV, vallisoletano de nacimiento, llegó a ser elegido, Conde de Barcelona por los catalanes, disgustados con el rey de Aragón en tiempos de los Trastámara, Baja Edad Media. El hermano de Isabel I de Castilla por parte de padre no será recordado como un estadista sino como un rey débil pero tal vez no lo fue tanto como nos pensamos porque supo salir al paso de muchas situaciones difíciles.
Volviendo a Andorra, se considera hija de Carlomagno porque tiene ese espíritu imperial y lo deja patente en su himno nacional. Cataluña perteneció a los carolingios, la Marca Hispánica.
La historia de Francia tal vez empezó en Vogladum o Vouillé, cerca de Vienne, al derrotar Clodoveo a Alarico II y expulsar casi totalmente a los visigodos de las Galias pero les quedó Septimania. El abuelo de Carlomagno derrotó en Poitiers a los musulmanes y la historia siguió un determinado rumbo y no otro.
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