Espectador de un acontecimiento histórico
El estadounidense Michael Collins nos ha dejado a la avanzada edad de noventa años de edad y es que en el mítico viaje a la Luna del Apollo XI se suele recordar a Neil Armstrong y a Edwin Aldrin, que estuvieron en nuestro satélite natural, dando gloria a su país, los Estados Unidos de América y cumpliendo el sueño de John Fitzgerald Kennedy de llevar y traer un hombre a la Luna antes de que terminase la década de los sesenta pero Collins no pudo bajar. Alguien tenía que quedarse en el espacio para luego volver todos juntos.
Por su parte, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que llevó a un hombre al espacio por primera vez, Yuri Gagarin, no tardaría en enviar hombres a nuestro satélite, que tantas historias maravillosas ha inspirado.
En 1969 ya la gente iba teniendo televisión, cuya antena se orientaba hacia el repetidor de Navacerrada, Madrid, hoy apagado y se pudo seguir el acontecimiento, cerrando una década prodigiosa y de buena música, crecimiento económico pero con poca libertad en nuestro país.
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