Constitución rígida
Ese es precisamente el carácter de nuestra Carta Magna, que ayer lunes y día de San Nicolás de Bari cumplió ya cuarenta y tres años nada menos, tal vez por su carácter general y consensuado dura tanto sin apenas reformas, simplemente dos y promovidas por la pertenencia de España a la Unión Europea, proyecto ilusionante pero a muy largo plazo.
Para reformar la Constitución se necesita el consenso entre las grandes fuerzas políticas, algo hoy por hoy imposible, especialmente por el carácter sectario e intolerante de las fuerzas de la derecha. Por otra parte, el tema de la Corona es increíblemente espinoso, más si cabe tras las mil y una fechorías de Juan Carlos I, que tiene su paseo en la ciudad de Valladolid, la antigua Carretera de Circunvalación, una de las vías más largas y transitadas de la ciudad. La palabra Transición todavía tiene muchos misterios por resolver.
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