El sello conmemorativo del PCE
No todo es la religión, que cada vez tiene menos y menos peso en la vida de las personas de nuestro país y hay otras formas de ver las cosas más materialistas.
La religión es el opio del pueblo y no se dedica más que a vender humo y es que hay quien dice que hay que creer lo que no vimos pero nadie sabe lo que hay más allá de la muerte o en otros mundos, si es que realmente existen.
Operación Barbarroja acabó en Berlín con la bandera de la Unión Soviética ondeando sobre el Reichtag y con una derrota total de la Alemania de los nacionalsocialistas eso sí, con un coste altísimo para los soviéticos.
La URSS desapareció en 1991 y nos damos cuenta que aquel país tuvo sus luces y sombras pero mantuvo el orden en una gran parte del mundo pero el férreo control sobre la economía no es bueno y la total planificación no siempre da buenos resultados. Incluso así, la Unión Soviética se puso a la altura de Estados Unidos en los años sesenta.
George Orwell avisa de los peligros del totalitarismo socialista y lo deja claro en "Rebelión en la granja". Ahora bien, tarde o temprano el capitalismo tendrá su fin porque el crecimiento económico no se puede mantener para siempre y hay que repartir la riqueza.
Nos guste o no, exista o no la Unión Soviética, el Partido Comunista de España fue la única oposición al régimen franquista y tuvo un papel fundamental en la Transición. Franco fue un traidor a la República como el tordesillano Queipo de Llano, el soriano Yagüe y tantos otros que se levantaron contra el gobierno legal.
Viva la Segunda República y que el tiempo ponga en sus sitios a traidores y asesinos.
Hay que aceptar las reglas y España es un país democrático.
El PCE se merece un sello de correos conmemorativo como también otros partidos políticos que participaron en la Transición.
Hasta pronto.
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