El programa oculto de la derecha


 El magnate italiano Silvio Berlusconi nos ha dejado a los ochenta y seis años de edad. El dueño de Mediaset y tantas otras empresas fue ante todo un personaje divertido y polémico, odiado y admirado por igual. Sus hazañas eróticas son admiradas por casi todos los hombres, aunque también muchos le rechazan por eso precisamente. Su mujer tenía algo más de treinta años, treinta y tres, cincuenta y tres menos que él. El amor no tiene edad y el empresario del Norte de Italia lo deja claro. Muchos admiran al pillo, aunque sancionen sus fechorías. 

Atrás quedan los tiempos de la boda de Ana Aznar y Alejandro Agag. Don José María tenía un sueldo de catorce millones al año y una casa de casi quinientos. No sé cómo su hijo mayor tenía un Porsche. Hay que respetar los límites de velocidad, junior. Parece ser que no aprendiste mucho en el colegio Peñalba, muy caro, cuando tu padre era presidente de Castilla y León y se dedicó a devolver subvenciones, decir que era de Valladolid cuando es del barrio madrileño de Salamanca y olvidarse de crear una televisión 📺 autonómica. Incluso así, alguna cosa hizo bien, a pesar de negociar con la banda terrorista ETA y gobernar con los separatistas... Volviendo a la boda de Ana y Alejandro, Silvio Berlusconi no podía faltar, claro que no porque era político además de empresario.

La llegada de las televisiones privadas encandiló a muchos con las mujeres espectaculares de Tele 5 pero con programas de poca calidad, junto con las películas de Antena 3 y el canal codificado, Canal Plus, origen de Cuatro. Tele 5 trató de ganar audiencia enseñando más de la cuenta y con programas ofensivos para las mujeres, a las que trataba como objetos.

Berlusconi presidió el AC Milan de Gullit, Rijkaard, Maldini, Marco van Basten, Baressi, Rossi y otros grandes jugadores que lograron las Copas de Europa de 1989, 1990 y 1994 bajo Sacchi o Capello, hundiendo al Real Madrid de Butragueño o al FC Barcelona de Guardiola, Eusebio, Romario, Koeman o Stoichkov.

No nos fiemos de la derecha, que tiene un programa oculto, como veremos en esta ciudad con un gobierno del PP apoyado por la ultraderecha de Vox.

El empresario sin el trabajador no es nadie. Viva la clase obrera.

Votad en masa a las izquierdas y ganaremos todos.

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