Cualquier tiempo pasado fue mejor
Esto decía el gran poeta renacentista de Paredes de Nava, Jorge Manrique, que da nombre al instituto más antiguo de la vecina ciudad de Palencia. De ese pueblo de Tierra de Campos eran también Pedro Berruguete y su hijo, Alonso Berruguete, que trabajó en Dan Benito y otras iglesias de Valladolid.
Lo mismo que Armenia, la ciudad del Pisuerga y del Esgueva ha alternado periodos de esplendor con otros de decadencia.
Se ha perdido un poco de población en los últimos años, que ha ido a parar al área metropolitana pero pronto todo cambiará y Valladolid recuperará la solera perdida. Sigue siendo la ciudad más importante del centro peninsular después de Madrid, es obvio y una de las principales del noroeste. Gracias a la llegada de una importante empresa del automóvil, Renault, la población pasó de 115.000 a 335.000 habitantes aproximadamente en cuarenta años.
Es una ciudad de paso, universitaria y ante todo histórica. Es una pena que muchos edificios se derribasen sin justificación. Por otra parte, las salidas de tono de León de la Riva dieron mala imagen y espantaron el turismo de calidad. Todo va mejorando.
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