Días de lluvia
- No son demasiado abundantes a lo largo del año porque las influencias atlánticas son frenadas por las montañas que bordean la Meseta Norte pero tampoco esto es Almería (de la que quisiera uno el mar y si invierno muy pero que muy agradable).
Un día de lluvia siempre tiene su encanto, siempre que las precipitaciones no sean exageradas y los túneles queden anegados y la calle Esgueva nos recuerde que en otros tiempos fue uno de los ramales de este río que, tras ser desviado, ahora desemboca entre Rondilla y Barrio España, creando el Paseo del Cauce y Camino del Martillete en las orillas del río pero eso es otra historia.
- En los meses de marzo, abril y mayo las cuatro estaciones pugnan por abrirse camino en la ciudad del Pisuerga. No hay otra opción porque aquí se puede pasar del calor al frío rápidamente y esto es parte del atractivo de la ciudad.
- Las muchas lluvias recibidas en el año 2008 convirtieron el aspecto amarillento de casi todo el territorio de Castilla y León en verde, algo interesante y poco común.
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