FELIPE IV, REY UNIVERSAL
Fue el duque de Lerma quien lo llevó en brazos a san Pablo, bajo la atenta mirada de su hermana mayor, Ana, futura mujer de Luis XIII de Francia y madre de Luis XIV, el Rey Sol, constructor de Versalles e iniciador de la decadencia francesa.
Felipe era inteligente y si hubiese gobernado personalmente no lo hubiese hecho mal, algo que sólo hizo al final de su vida. Gastaba sus energías en los toros y en otos vicios poco recomendables en lugar de dedicarse a gobernar. La desmesurada ambición de Olivares en su afán de unificar los reinos, muy heterogéneos y la participación de España en guerras para las que no había medios nos llevará a la decadencia total y a la pérdida del dominio sobre Holanda (reconocido en Westafalia, 1648), Portugal (lo raro es que no se resquebrajase España) y otros territorios europeos.
Tuvo muchos hijos ilegítimos pero el único heredero era un incapaz. Carlos II era hijo de un tío y una sobrina. España era un gigante con pies de barro pero incluso así, se conservó casi toda intacta.
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