El engaño del emprendimiento
El éxito empresarial depende más de los contactos que se tenga que de lo que uno haga. Lo difícil realmente no es emprender sino trabajar de peón o de reponedor, estar en paro o vendiendo seguros a puerta 🚪 fría por los barrios de cualquier ciudad.
Amancio Ortega es uno entre un millón y tratar de emularle no va a ser fácil. Se debe poner en un pedestal a quien se levanta a las cinco de la mañana para trabajar en Renault u otra empresa y no al niño pijo que trabaja lo mínimo y tiene éxito con el dinero 🤑 de la familia y sus contactos. No todos los empresarios son malos pero milagros ocurren en Lourdes o en Fátima.
La asignatura de Empresa e iniciativa emprendedora está muy de moda en la Eso y en ciclos formativos de grado medio y superior pero de ilusiones se vive y el autónomo difícilmente podrá seguir con su negocio en un mercado que se aproxima al modelo de competencia perfecta, en el que sólo las grandes empresas sobrevivirán. Así nos va. No copiemos el modelo de Estados Unidos, en el que la gente trabaja horas y horas para conseguir un sueño casi imposible.
No me va emprender. Se lo dejo a los amigos de este alcalde tan malo que tenemos en esta ciudad, como no me va la monarquía ni la Guardia Civil, que no permite ver el escrutinio electoral, que es público, afirmando lo contrario, lo inútil tiene que renovarse o desaparecer para siempre.
El barrio de San Miguel es mucho más que una zona de bares y fiesta con lugares increíbles como la plaza del Viejo Coso o Santa Brígida. El arcángel San Miguel está relacionado con esta ciudad y debe ser venerado.
En el Colegio de San Gregorio estuvo Francisco de Vitoria, tal vez nacido en Burgos y fallecido en Salamanca, gran figura del derecho internacional público.
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