Caer en el precipicio del Juego de la Oca
Es lo peor y toca volver al principio, a la casilla de salida y es lo que me encontré yo por no ser valiente sino un auténtico cobarde que echó a correr y no luchó. Me faltó cautela y valor, por lo que he sido derrotado una y otra vez, cada día, en cada momento, una vez tras otra y de forma repetida. Me lo busqué yo y ahora toca comenzar desde la casilla número uno y cargar con una vergüenza imborrable y la marca de los desterrados, de los miserables, de todos los cobardes, de los denostados siempre pero en mi caso, me lo merezco y me lo he buscado yo mismo. He sido un perdedor, miserable, tonto, cobarde y derrotado. Lucha, aguanta y busca ayuda para contraatacar al estilo de los soldados de Vietnam del Norte contra los Estados Unidos. Los tiburones ven sangre y atacan con todas las de la ley. Lo malo vende más que lo bueno en este mundo lleno de traidores y de peligros. Todavía queda tiempo para remontar. Pido perdón a quien dañé por mi cobardía y niñería. En el pecado está la penitencia, no lo olvides. Lucha, resiste y sé audaz. La suerte está con los valientes. Hasta pronto y mucho ánimo.
Comentarios
Publicar un comentario