Hacer camino al andar
El peregrino trata de llegar a Santiago y sigue hasta Sahagún de Campos (León), donde el Camino de Madrid y el Francés se juntan, el que viene de Medina de Rioseco y el que llega desde la localidad palentina de Carrión de los Condes, pero el Camino está lleno de peligros y de sorpresas, muchas veces inverosímiles y desagradables. San Martín de Frómista me recuerda a San Martín de Valladolid, cerca de San Pablo. Hubo quien ya huyó como un cobarde y no sigue en la lucha más, pero hay quien sigue en la batalla hasta Sahagún de Campos, de donde era la condesa Eylo Alfonso, que da nombre a un instituto de nuestra ciudad que no tiene muy buena fama y de ahí, hasta León cápita, Astorga, Ponferrada y Galicia, siempre hasta el final. El orgullo y la cobardía muchas veces nos impiden avanzar, lo mismo que imprevistos en el camino que seguimos hasta nuestra meta. La calma y la audacia serán siempre nuestros mejores aliados porque las puñaladas por la espalda duelen y no se esperan nunca. Freud sabía que el inconsciente juega un importante papel en nuestras acciones y conductas en general. Lo racional y lo emocional deben conjugarse para poder vencer y acabar el camino de las baldosas amarillas o cualquier otro distinto.
Un peregrino salió huyendo cerca de Carrión de los Condes pero vuelve a iniciar sus andanzas en Castrojeriz para llegar hasta Santiago de Compostela, ya con mayor cautela y ganas de luchar por su meta, que si no se llega a conseguir, por lo menos se habrá intentado una vez más hasta que se consiga y el triunfo pueda figurar en su casa. Habrá atravesado varias provincias pero tal vez se encuentre con algo no tan bueno cerca del Pisuerga, al entrar en la provincia de Palencia por el puente de Itero, a un par de horas de camino a pie de Frómista, cerca del rollo de justicia de Itero de la Vega o tal vez, en Boadilla del Camino porque nunca se sabe. Hasta pronto y ante la adversidad, calma y valor.
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