LUGARES ESCONDIDOS



La calle Fray Luis de Granada es mucho más que la calle de la Policía y la verdad es que no es demasiado transitada, salvo si se quiere ir de San Martín a San Pablo y va desde Torrecilla a Cadenas de San Gregorio. La casa de Zorrilla es un lugar de muchas exposiciones y todo tipo de actividades culturales y siempre debe tomarse en serio, al igual que la cercana Casa Revilla, uno de las pocas casas señoriales que están bien conservadas en Valladolid y que está aquí cerca, junto a la calle de la Lira o, si se prefiere y nunca mejor dicho, a la vuelta de la esquina.Las exposiciones e incluso cine de la Casa Revilla son de los más variado y seguro que interesan a todos.

La Ruta del Hereje que popularizó Delibes en al famosa novela de los últimos años de su vida y que ha ayudado a potenciar el turismo en el centro de la ciudad no pasa lejos de aquí. Recordemos que en la calle San Diego se celebró la segunda boda del desafortunado Carlos II, último de su dinastía en los reinos hispánicos con Mariana de Neoburgo. 1700 será el año de la muerte del rey español y la llegada tras una dura guerra y de importantes pérdidas territoriales de los borbones al trono de la Villa y Corte de Madrid... Todavía siguen ahí aunque es probable que por no mucho tiempo, gracias al gran favor que Juan Carlos I e Iñaki Urdangarín han hecho a la III República. Nadie tenemos la bola de cristal ni la máquina del tiempo. hace no muchos años Don Juan Carlos, caracterizado por sus luces y sombras, presidió la Pascua Militar en la Plaza Mayor de Valladolid, recordando que esta es una ciudad de reyes, príncipes, infantes y nobles y no sólo de validos como el duque de Lerma, nacido en la famosa localidad de Tordesillas, villa del Tratado entre las dos grandes potencias marítimas del siglo XV: Castilla y Portugal, además de lugar de residencia de Juan I de Castilla, madre de dos emperadores; Alfonso X de Castilla hubiese estado orgulloso.

En cuanto al Viejo Coso hay poco que decir. Nada más recomendar que sea conocido por todos los visitantes de la ciudad y como no, por los habitantes de la misma. Es un lugar escondido y que sorprende, como toda la zona entre la Biblioteca Pública o Palacio de los condes de Benavente y San Benito. Hay resto de lo que fue esta magnífica ciudad hace no muchos siglos pero hay que saber leer entre líneas. Un pequeño paseo viene bien a todo el mundo.

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