SAN PABLO Y SAN GREGORIO

Se encuentran justo al lado un edificio del otro y son ideales para hacerse fotografías en ambos. Por un rato vamos a dejar la historia para centrarnos en el arte de finales del gótico y de principios del Renacimiento español, tan singular como interesante y que combina elementos patrios con otro venidos del resto de Éuropa. La decoración es magnífica y los elementos no están dispuestos de una forma aleatoria sino todo lo contrario y basta con observar un poco la decoración o darse un pequeño paseo hasta el palacio de Santa Cruz, entre la Casa de Colón y la Universidad, cerca del Santuario de la Gran Promesa, que es de una época un poco posterior.

La labor de restauración que se ha hecho ha sido más que notable y contrasta con los andamios que cubrían San Pablo durante largos meses y no dejaban ver la fachada. El trabajo ha sido duro pero muy productivo y he aquí el resultado: magnífico pero lo mejor está en entrar en estos edificios y deleitarse con ellos, sin olvidar tampoco el cercano Palacio Real y la Diputación o el citado en otro artículo Palacio de Villena.

San Pablo en origen fue una iglesia gótica de la época de Alfonso VIII de Castilla, vencedor en Las Navas de Tolosa frente a los almohades con ayuda el rey de Aragón Pedro II, que encontraría la muerte el año siguiente en Muret, sur de Francia y del rey de Navaraa, Sancho VII, cuyos intereses estaban muy lejos y se le había expulsado por Castilla de Vizcaya y Guipúzcoa pero que cumplió con su promesa, teniendo un papel fundamental en la victoria cristiana. Portugal tendrá una presencia simbólica en la batalla y Alfonso IX de León no estuvo pero sí muchos caballeros del vecino reino leones. Volviendo a San Pablo, ha sabido adaptarse a los tiempos y es símbolo de la ciudad junto con La Antigua e incluso la catedral pero de eso ya se hablará en otro momento porque es otra historia distinta.

Los leones que rodean la iglesia de San Pablo aparecen también en la Universidad y hacen referencia al estatus eclesiástico de ambos lugares y edificios. como decían Cervantes: "con el clero hemos topado". Los leones de arenisca se desgastan con el tiempo y tienen que ser restaurados pero ahí están desde hace siglos y seguirán ante la atenta mirada de la estatua de Felipe II, que domina toda la plaza y los alrededores de la misma.