Hay que intentar seducir en la medida de lo posible

 Seguramente el mítico personaje de Don Juan Tenorio, transgresor s más no poder pero que al final de su vida se arrepiente y logra salvarse estaría de acuerdo porque su fama es mundial y no sé nos olvide que no fue José Zorrilla su creador sino fray Juan Téllez, más conocido como Tirso de Molina. 

Espronceda califica de "segundo Don Juan Tenorio" al también mítico don Félix de Montemar, el estudiante de Salamanca, que más que a estudiar se dedicaba a otros menesteres en la increíble ciudad del Tormes, siempre blanca y llena de historias y estudiantes desde tiempos de Alfonso IX de León, rival de Alfonso X de Castilla y ausente en la batalla de las Navas de Tolosa.

El seductor anónimo puede estar a la vuelta de la esquina o ser una persona que ya conocemos pero que tiene varias facetas ocultas. Al fin y al cabo, las mujeres no quieren panolis sino héroes que las salven y no alguien a quien salvar. Esto lo tenía siempre en mente el también mítico pero real Casanova.

Muchos encuentran su media naranja en el instituto, en la universidad, en cualquier bar o restaurante o incluso ahora por internet pero es en casa donde no se va a encontrar aunque nunca se sabe. Quien busca, encuentra. Feliz Semana Santa.