Llega el calor pero el cobarde sigue pagando su error caro, muy caro




 La plaza del Moral va haciendo honor a su nombre y tiene el suelo lleno de moras, que hacen las delicias de las aves que llenan sus árboles, de los cuales, el moral es el gran protagonista. Pásate por allí y siéntate a la sombra un rato, no vas a quedar defraudado en absoluto. Merece la pena.

Luchar y no echar a correr desentendiéndose de los problemas es lo que diferencia al hombre del niño y al valiente del cobarde y del miserable. No hagas como hice yo, que eché a correr y me escondí como un auténtico cobarde, lo que me ha proporcionado una derrota tras otra desde aquel día en el que no fui capaz de demostrar ser una persona seria sino un niño llorón, inútil, malcriado, cobarde, miserable y que provocó daños a otras personas con sus actitudes totalmente reprobables y propias de niños pequeños, por lo que me merezco el castigo que he tenido y soy incapaz incluso de reclamar lo mío, que abandoné cobarde y miserablemente. Soy un ser despreciable y no llegaré a aprender nunca de mis errores, que estoy pagando con creces, ya que el valiente será derrotado o no, pero una sola vez, mientras que el que huye, una vez tras otra. El monstruo puede ser bien desmontado y derrotado si se le planta cara en serio, pero ni siquiera fui capaz de luchar como una persona, huyendo como una rata despreciable y miserable. Me lo merezco, por lo que luchas y defended lo vuestro, ya que nadie lo hará por vosotros. El enemigo se llevó el gato al agua sin levantarse de la silla y yo huí. No te importe que te haga daño, pero se le debe plantar cara y demostrarle que no se le tiene miedo en absoluto. Lucha y no huyas, ya que lo pagarás muy caro, amigo mío.

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