Viernes de lamentaciones

 Es un viernes trece y ya han pasado tres meses desde la decisión errónea y cobarde que tomé para no luchar y así no enfrentarme al problema que se me planteó. Me vi rodeado pero incluso así, fui un cobarde y un miserable al cien por cien. El monstruo era de juguete pero aparentaba ser terrible. Con un poco de lucha se le podría haber derrotado de forma muy fácil pero había que plantar cara y no fui capaz. He sido derrotado cada día varias veces desde hace tres meses y reconozco que me lo merezco por ruin, miserable y cobarde. No he sido un hombre sino un desperdicio humano peor que un niño. Lucha o estarás perdido y no te dejes amedrentar por el monstruo, aunque te duela o te pueda hacer daño. No te retires, resiste y busca ayuda para triunfar. Caíste en una emboscada por no ser precavido y ahora pagas las consecuencias muy caras por tu falta de lucha y cobardía. Has huido y ya no puedes reclamar lo tuyo. Hasta pronto y mucho valor, mientras yo lloro como un cobarde lo que perdí por huir y no defender. Lo peor es que dañé a otros y no he sido capaz de dar la cara, por lo que me lo merezco y lo pago con real justicia. Lucha y defiende lo tuyo. El cobarde y miserable siempre estará solo y nunca será ayudado por nadie. No merece la pena y se merece la peor de las derrotas. No es hora de sentir compasión por él porque no defendió lo suyo y echó a correr como un cobarde. Es su problema y él mismo se lo buscó y lo padece. La Unión Soviética resistió la invasión de los alemanes y los venció. Operación Barbarroja acabó en Berlín y no en Moscú o Leningrado (actual San Petersburgo). Los pueblos de la Unión Soviética fueron los más valientes del mundo y fueron capaces de conjurar el peligro.