No todo ha sido malo desde aquella derrota

 Poco hemos aprendido en los últimos 28 años pero algo de bueno se ha sacado entre tantas y tan seguidas frustraciones. Fue una traición por parte de ese monstruo pero estaba destinado a fracasar. Sin lucha quedó paralizado y echó a correr pero el enemigo lo pagará más adelante, mucho más tarde porque el tiempo pone a cada uno en su legítimo lugar, aunque el cobarde sigue siéndolo todavía y no ha sabido aprovechar los mejores años de su vida. En el fracaso también está el éxito de los demás en esta auténtica selva de asfalto, peor que la llena de plantas, animales y hongos. Es cierto que todo llegará y lo que se pierde se puede lograr recuperar muy rápidamente, por lo que mucho ánimo y ante todo, valentía y lucha para obtener lo que se busca. Aprende de los errores del pasado y tendrás éxito y si no, al menos nadie te llamará cobarde, pero la peor penitencia es la que se tiene con uno mismo. Todos se mofan del cobarde porque fue incapaz de luchar y huyó despavorido sin llegar a afrontar sus problemas.