Volver a Samarcanda, volver a Valladolid
Volveré a la plaza del Registán. Volveré a la plaza de San Pablo.
Volveré a visitar tus mezquitas. Volveré a visitar tus iglesias.
Me entusiasmaré con Alejandro y Tamerlán. Recordaré a los dos reyes llamados igual que nacieron aquí y a un tatarabuelo y a un tataranieto que pasaron algún tiempo por aquí, donde se casaron o tal vez tuvieron algún hijo que no sobrevivió.
Volveré. Volveré y recordaré a la buena y mala gente de esta ciudad de ensueño. Prefiero quedarme con lo bueno y olvidarme de lo que no lo fue.
Fui un cobarde y lo pagué carísimo. Todo es posible en ciudades de poder real y de residencia de emperadores. Lucha como Carlos I de Aragón y como Tamerlán y no huyas como un cobarde, como hice yo.
Hasta pronto y fuerza y valor.
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