Tardes agradables en la ciudad
Tardes agradables en la ciudad. Días largos y calurosos llenos de amistad. Largo verano, lleno de oportunidades y de amistad. Ese no es mi caso, ya que he sido un cobarde y un miserable y ahora me toca pagar caros mis errores por no ser capaz de afrontar mis problemas y huir, perjudicando a los demás. Me lo merezco y ahora estoy solo y sin ningún tipo de apoyo de nadie, porque yo me lo he buscado y no hay solución posible, ya que no hay manera de volver atrás para enmendar el error cometido por mí, por mi cobardía y falta de inteligencia y astucia. Siempre me ocurre lo mismo y nunca voy a ser capaz de cambiar, por lo que me lo merezco. Tengo las penas que yo mismo me he buscado. Es lo que hay y lo sufro en soledad. He aprendido la lección pero volveré a equivocarme igual porque soy un cobarde y un auténtico miserable. Doy pena pero nadie se quiere compadecer de mí y no me lo merezco tampoco. Hasta pronto y lucha, o serás derrotado todos los días, con una vergüenza que no terminará nunca. Resiste y busca ayuda por todos los lados o lo vas a lamentar por largo tiempo. La derrota hubiera sido un momento y la vergüenza se alarga durante meses o años. El cobarde es denostado por la sociedad y ocupa el escalón más bajo de la consideración social, al contrario de lo que ocurre con el valiente. Lo sé por experiencia.
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