El espacio se puede recuperar pero el tiempo, jamás
La frase es de uno de los personajes más sobresalientes de toda la Edad Contemporánea, Napoleón Bonaparte, que llegó a general con menos de treinta años y estuvo en Valladolid a principios del año 1809 pero pronto tuvo que volver a París ante los temores de conspiración.
Así es, hay que aprovechar al máximo el tiempo y a veces es absolutamente inútil entrar en guerras como la de España, un país empobrecido que no suponía ningún tipo de amenaza para la Francia napoleónica. Tal vez lo que quería eran las colonias americanas.
Napoleón ganó mucho pero no supo guardar, arriesgó y se quedó sin nada, pudiendo haber negociado lo que había conseguido. La avaricia rompe el saco.
Lo que queda claro es que el tiempo es oro, como decían los antiguos griegos.
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