El conde Drácula

Si bien la Baja Edad Media no fue una época agradable para el reino de Castilla mientras que Portugal reafirma su independencia y comienza una época de expansión, Aragón pasa a ser regido por los Trastamara castellanos e impone su poder en Italia con habilidades diplomáticas y militares.
Los turcos otomanos acaban con el Imperio Romano de Oriente y el príncipe de Valaquia, Vlad Tepes va a pasar a la historia por sus métodos brutales para reafirmar su poder en su pequeño territorio, que siglos más tarde será el origen de Rumanía y sus enemigos turcos, que impondrán su dominio sobre los Balcanes hasta el siglo XIX.
Drácula no era de Transilvania, en disputa con los húngaros pero de soberanía rumana hoy, ya que perteneció al Imperio Austrohúngaro, sino de Valaquia pero una buena historia de miedo hace más que muchos libros de historia.
Los Balcanes siempre han sido zona estratégica y los turcos llegarán hasta las puertas de Viena en el siglo XVI y hasta finales del siglo XVII no se les aleja de esa región danubiana. Tal vez Felipe IV debió haberse olvidado de apoyar al Emperador y conquistar de una vez Portugal.
La imaginación del irlandés Bram Stoker era desbordante y supo llevar la expresión máxima del horror a los bosques transilvanos.
El murciélago pasa de ser un mamífero amigable y gracioso a la forma animal del vampiro, temido por los vivos y que se encuentra presente en nuestro inconsciente colectivo.
Por otra parte, la novela de Frankenstein también es del siglo XIX. Seguramente le hubiera gustado a José Zorrilla y resto de escritores de la época.
El Cementerio del Carmen e iglesias como San Martín y Santa María de la Antigua dan para muchas historias de miedo, como nuestra catedral y la Universidad.