Temas discutidos y discutibles
Se decía en otros tiempos, ya un poco lejanos, que cualquiera puede hablar de tres temas sin ningún problema: fútbol, política y religión.
La verdad es que en España hay que tener mucho cuidado con esas cosas porque se puede acabar mal.
Los béticos odian a los sevillistas aunque conviven en la misma ciudad, capital de una provincia de más de dos millones de habitantes. El Sevilla tiene seis títulos europeos más otros tantos nacionales. El Betis obtuvo algún éxito a nivel nacional en tiempos muy muy lejanos pero lo que se ha ganado ahí queda.
La política es el peor tema que se puede sacar y de hecho hay grupos de WhatsApp, Telegram y Spotbros que advierten ben sus normas que es mejor dejar esos temas. Yo considero que el Sáhara Occidental es un territorio español ocupado ilegalmente por Marruecos peto seguramente Mohamed VI y sus acérrimos seguidores no piensen lo mismo. Tal vez pronto sea un estado independiente, ojalá.
La religión cada vez tiene menos peso en nuestra vida. Los jóvenes ya no frecuentan las misas y de hecho es tremendamente difícil atraerlos a las parroquias. Los valores tradicionales imperan cada vez menos en nuestra sociedad, incluso en una ciudad conservadora e insolidaria como Valladolid, que ha mejorado mucho con el nuevo equipo de gobierno municipal. Claro que sí. La Iglesia tiene innegables privilegios económicos y domina parte de la enseñanza. Este problema se ha superado en la mayoría de países europeos hace siglos peto aquí va todo más lento. Todo llegará, como la III República, cuyo advenimiento ha sido adelantado por las fechorías de Juan Carlos I y su yerno el guipuzcoano ladrón. Se ve que no hay colegios para Leonor en España. Ellos no lo pagan. Quien tiene que pedir ayuda le paga los caprichos a Felipe VI, que probablemente será el último Borbón en el trono español como Carlos II, casado por segunda vez en Valladolid, fue el último Habsburgo en España.
Es el fin de una saga peto España tiene que modernizarse y la ciudad de Valladolid recuperará pronto su esplendor pasado.
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