Detrás de mí habrá otros

 Detrás de mí habrá otros y hay que dejarles las cosas bien. 

Me quedé fuera del mercado laboral hace años. Lo cierto es que nunca llegué a entrar del todo. Recuerdo que hace algo más de dos décadas era fácil tener empleo si se aceptaban ciertas ocupaciones pero Aznar tuvo la genial idea de dejar entrar a extranjeros en un número inasumible para nuestro país y así de paso bajar el precio de la mano de obra y nos hizo mucho daño. 

Es fácil decir que ellos vienen a hacer lo que nosotros no queremos pero la realidad es otra: no suelen coger trabajar en sitios duros pero bien que van con el coche a por comida a la calle de Ruiz Hernández o a la calle de la Pólvora. Dinero 🤑 para comer no hay pero sí para mantener un vehículo o comprarse el patinete 🛴 eléctrico. 

Se les da demasiado y por eso vienen aquí a trabajar de forma irregular y de paso, aprovecharse de nuestro Estado del bienestar, que tanto nos ha costado conseguir trabajando duro. Se las saben todas para entrar pero la clave está en no ayudarles. El que entre con contrato se lo merece todo pero el ilegal, debe ser expulsado inmediatamente y no dejarle entrar más en este país, al que no aportan nada y perjudican mucho. 

No juegan limpio y se aprovechan de nosotros. La verdad es que el Gobierno ha decidido hacer lo que es correcto, que es dejar entrar solamente a quien vaya necesite y que se vaya al acabar el contrato de trabajo. 

La mayoría de ellos no se integra y no se considera nacional de un país del que viven y al que no quieren. 

La racionalidad es fundamental en una sociedad como la nuestra. No es bueno crear un problema donde no existía y Polonia es un ejemplo claro de lo que hay que hacer, mientras que nosotros, de lo que se debe evitar.