Dias de grandes artistas y disc-jockeys

 La plaza Mayor se llena de artistas de primer nivel como Mika (ha costado traerle casi doscientos mil euros pero lo merece) o Raphael (ideal para el ocho de septiembre) y de disc-jockeys pero estamos en fiestas, que comienzan su recta final. La verdad es que Raphael tampoco es barato (más de ciento cincuenta mil euros) pero gusta a los más veteranos de la casa.

La fiesta es una parte del año y supone que el verano se nos termina pero el tiempo es el auténtico amo de este mundo 🌎🌍 de tres dimensiones. El reencuentro con los compañeros está muy cerca pero no se nos olvide que cada uno busca solucionar sus propios intereses.

Llama la atención que las altas tasas de desempleo convivan con millones de extranjeros que no aportan ningún valor añadido a la economía, muy perjudicada por ellos. Quien venga a trabajar de forma irregular es mejor que se vaya porque supone aprovechar nuestro sistema de bienestar y quitar el trabajo a los nacionales, bajando el precio de la mano de obra de una forma dramática. 

Se ha cumplido el sueño de los liberales y el efecto llamada es una auténtica realidad pero la racionalidad va a entrar en juego. El Gobierno ha decidido hacer lo que se debe. 

Las bandas latinas eran inexistentes en nuestro país pero ahora son algo real aquí y un auténtico peligro en ciertos barrios. 

La multiculturalidad está muy bien pero la realidad es otra. La integración de los extranjeros no es buena, tal vez un poco mejor en el caso de los americanos, casi imposible en el caso de los moros, que solamente aceptan lo suyo. Se creó un problema que no existía. Ahora bien, hay que darle todo a quien entre con contrato y nada a los que están sin papeles.

Felices fiestas.