La magia del reencuentro

 El reencuentro tiene su atractivo tras unos pocos meses de separación pero también supone la vuelta al trabajo duro y a las obligaciones cotidianas del tiempo extraveraniego. 

España sigue adelante a pesar de los problemas y contradicciones que tiene y hemos retornado a la rutina. 

Los estudiantes de los colegios mayores y de las residencias universitarias llenan de colorido nuestras calles pero tal vez son un poco ruidosos. Las faltas de respeto y brutalidades del pasado ya no ocurren. No hay otra opción. Los años de estudiante universitario ya no vuelven y no se olvidan nunca porque la universidad da cosas impagables. Es algo como de otro planeta que no puede ofrecer un instituto a ningún alumno y no todos los profesores de la universidad son malos, algunos, sí que lo son y más vagos que Mariano R, el de los sobresueldos.

En 1820 se pierde parte de América y Venezuela es parte de la Gran Colombia. El país atlántico acogió a muchos españoles, especialmente de Canarias, pero no es parte de nuestro país ni es lógico que ocupe gran parte de nuestros informativos. La derecha trata de aprovechar la terrible situación del país del Orinoco para sacar partido y de paso, perjudicar a la izquierda. 

ZP es leonés pero nació en Valladolid; su labor en Venezuela es increíble y se le debe agradecer. Es un gran mediador y ha conseguido liberar a muchos presos, evitando grandes enfrentamientos. Es una figura admirable a nivel internacional pero Venezuela no es nuestro país y el interés por el mismo debe ser el justo y no más.

Por otra parte, las jornadas sobre Red Hugh O'Donnell merecen la pena.

Hasta pronto.