Cinco reinos y dos bloques

La unión política de todos los reinos de España fue una idea que ya comenzó desde los inicios de la Reconquista y ni uno de los territorios era ajeno a la misma, tampoco Portugal lo fue.
Hacía el siglo XI casi todos los países de Europa inician su unificación territorial para lograrla pronto salvo los países del Sacro Imperio, Italia y Alemania, que tendrán que esperar hasta el último tercio del siglo XIX. España nunca lo va a conseguir a pesar de la unión personal de todos los reinos entre 1581 y 1640. Ni en tiempos romanos o visigodos se logró. Los musulmanes llegan a Asturias pero no a ciertos sitios del País Vasco y Aragón.
Una victoria del bando de doña Juana y de Alfonso V de Portugal hubiese hecho escribir la historia de España diferente como una marcha sobre Lisboa en tiempos de Felipe IV, perdiendo los Países Bajos Españoles, destinados a dejar de ser españoles tarde o temprano.
Luis de Haro, valido de la regente Mariana de Austria, madre del niño Carlos II pacta con Alfonso VI de Portugal el reconocimiento de su soberanía. La separación entre ambas potencias marítimas decadentes beneficia a Castilla de la ruina económica que era para el antiquísimo reino Portugal pero deja una frontera de más de mil kilómetros y una alianza de Portugal con Francia y luego con Inglaterra, algo peligroso como se vio en la guerra de Sucesión Española tras la muerte sin sucesión de Carlos II y el no ser aceptado Felipe V como rey español por el archiduque Carlos de Austria. Esto lo tuvo claro Felipe IV, que es una pena que fuese tan indolente para el trabajo y dejado para gobernar porque era inteligente y sólo al final de su vida se hizo con las riendas de la Monarquía Hispánica.