Judas de Gamala

Tanto la Magdalena, cuya iglesia en esta ciudad es enigmática y se encuentra frente a la Casa Museo de Colón, como Jesucristo son personajes de quien no sabemos tanto como creemos.
Hay quien piensa que el padre real de Jesús fue un tal Judas de Gamala, noble judío opuesto al poder de Roma y más de uno de sus discípulos no eran más que sus hermanos. San José pudo ser un pariente lejano que les ayudó en su huida pero no su padre real.
Hay quien cree que la influencia de los esenios en el Mesías fue decisiva y son quien le dan sus ritos y no la religión judía.
Seguramente un creyente acérrimo no piensa que las famosas bodas en las que transforma el agua en vino fueran las suyas con María Magdalena ni que fuese un mesías que fuese a traer la liberación política de Roma por la fuerza.
Hay quien cree que en el Bajo Imperio los libros sagrados del Nuevo Testamento se retocaron y en el Concilio de Nicea, se aceptó lo que interesaba.
Sobre los apocrifos hay libros para dar y tomar pero está claro que Jesús es la figura más influyente de la Historia y di no, visitemos cualquier iglesia o catedral.
En tiempos de Carlos I se produjo la Reforma protestante por parte de un monje agustino atormentado y muy enfadado con los excesos de la Iglesia. Lo que Lutero vio en Roma le decepcionó totalmente porque San Pedro del Vaticano era una ostentación máxima y una ruina económica para los cristianos.
La Reforma fue aprovechada por los príncipes del Sacro para oponerse al Emperador Carlos y enriquecerse a costa de los bienes de la Iglesia. La paz de Augsburgo dejó libertad a los príncipes y los súbditos debían seguir su religión obligatoriamente.
Lutero no fue ni el primero ni el único y pensadores libres como Bruno o Pico della Mirandolla pagaron caro su discusión de los dogmas de la Iglesia de Roma.