Amigos de la naturaleza y del misterio
Un estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid entre los años 1947 y 1952 fue el burgalés de Poza de la Sal (entre Burgos y Villarcayo) Félix Rodriguez de la Fuente. Se licenciaron cien personas en su promoción y se dice que sólo había una única mujer. Puede que sea cierto y se dice que ella era de Bilbao, que entonces doblaba en población a Valladolid, ciudad a la que pronto llegaría Renault pero eso es otro tema distinto. Félix llegaría a ejercer como médico pero destacaría como grandísimo comunicador y divulgador de la fauna ibérica, que no ve límites entre España, Portugal, Andorra y Gibraltar (su nombre viene de Tarik, que también pasaría por la localidad burgalesa de Amaya, cerca de Sotresgudo). La muerte le llegaría a Félix con cincuenta y un años en Alaska, muy lejos de su tierra pero sitio de parajes naturales bellísimos. Gran error de Alejandro II al vender aquel "bloque de hielo" a su futuro enemigo Estados Unidos de América.
Muchas personas no saben que Félix era también amigo del misterio y que por ejemplo, descartaba la existencia de monstruos como el del lago Ness en Escocia pero no la de homínidos como el yeti en el Himalaya. Tal vez todos los españoles se sentían intrigados por el programa del psiquiatra Fernando Jiménez del Oso. Eran los años de la Transición a la democracia, de Adolfo Suarez, de un Juan Carlos I joven y con un papel importante pero más tarde se desvarió. Eran otros tiempos pero interesantes. Fernando Jiménez del Oso era otro grandísimo comunicador e investigador y ante todo, serio.
Un personaje no muy de mi agrado que pasó por allí y que incluso fue director de la Escuela de Enfermería fue el antiguo alcalde Francisco Javier León de la Riva, el de las mil y unas salidas de tono y anécdotas, con el que la ciudad perdió la décima parte de su población y que por suerte ya nunca dirigirá más el gobierno municipal. Los tiempos cambian, claro que sí.
Muchas personas no saben que Félix era también amigo del misterio y que por ejemplo, descartaba la existencia de monstruos como el del lago Ness en Escocia pero no la de homínidos como el yeti en el Himalaya. Tal vez todos los españoles se sentían intrigados por el programa del psiquiatra Fernando Jiménez del Oso. Eran los años de la Transición a la democracia, de Adolfo Suarez, de un Juan Carlos I joven y con un papel importante pero más tarde se desvarió. Eran otros tiempos pero interesantes. Fernando Jiménez del Oso era otro grandísimo comunicador e investigador y ante todo, serio.
Un personaje no muy de mi agrado que pasó por allí y que incluso fue director de la Escuela de Enfermería fue el antiguo alcalde Francisco Javier León de la Riva, el de las mil y unas salidas de tono y anécdotas, con el que la ciudad perdió la décima parte de su población y que por suerte ya nunca dirigirá más el gobierno municipal. Los tiempos cambian, claro que sí.
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