La Antigua hace honor a su nombre

Tiene ya sus años o mejor dicho, sus siglos pero la restauración le ha hecho devolver el esplendor que tuvo porque la historia no se pierde nunca sino que se gana pero como todos sabemos de sobra, contra el tiempo no se puede luchar y es discutible si funciona igual en todos los lugares del Universo
La Antigua y calles como la de La Solanilla son ideales para alternar con los amigos y conocer nueva gente en un entorno que combina tradición y modernidad. Bares no faltan ni vistas a la catedral o a las cercanas iglesias de San Martín y de las Angustias, incluso la maravillosa plaza de San Pablo está cerquita. No hay que perder la ocasión pero lo mejor es entrar en la iglesia que, aunque no es muy grande, gana mucho por dentro y no defraudará a nadie con su combinación de estilos arquitectónicos gótico y románico (de este último hay mucho más en lugares como Palencia: Aguilar de Campoo, Fromista, Carrión). La torre de Santa Maria de la Antigua y la de San Martín, cuadradas, son las más curiosas de la ciudad. Ambas se pueden observar de manera simultánea en la calle del Marqués de Duero.