No tiene que ver nada con las pintadas pero siempre tiene que venir el típico gracioso a fastidiarlo, desafiante con la policía y con el riesgo de una multa inminente y otros problemas con la Justicia. Hay a quien esto no le importa pero los vándalos son una minoría y casi todos admiran el arte y más si es urbano y se acompaña de una poesía. Es cuestión de observar y saber leer entre líneas para darse cuenta de lo que hay y descubrir cosas nuevas cerca de la casa de cada uno y que pasan casi siempre desapercibidas para la mayoristas.
Entre Ruiz Hernandez y la calle de Colón, cerca de la Facultad de Medicina hay sorpresas agradables que uno se puede encontrar y no están hechas precisamente por aficionados sino por un pintor de la comunidad autónoma de renombre.
Comentarios
Publicar un comentario