Rocroi, el final de un mito
En 1640 Felipe IV tuvo que hacer frente a dos graves rebeliones: Cataluña y Portugal. Olivares era demasiado ambicioso y España no tenía ni hombres ni dinero para enfrentarse a Estados muy poderosos y menos a todos ellos a la vez: Suecia, Francia, Provincias Unidas, Inglaterra (unida con Escocia bajo Jacobo I), Dinamarca o incluso el Imperio Otomano cuando no los Estados Pontificios. Como siempre pasa, el enemigo peor es el que está en casa: Cataluña y Portugal, que así nos pagó la ayuda frente a los holandeses para recuperar Pernambuco; tras no tener el apoyo de Castilla pasaron a ser un títere inglés y fueron humillados por los holandeses en ultramar, aunque conservaron su imperio hasta el último tercio del siglo XX.
En cuanto a Cataluña, la traición a Felipe IV la pagaron con la pérdida de parte de su territorio y los excesos de los franceses, mucho peores amos que los castellanos que si bien, cometieron excesos en la guerra contra Francia, defendían a su rey, el nacido en esta ciudad de Valladolid, Felipe IV. Lo extraño de las rebeliones de 1640 es solamente perder Portugal.
Rocroi es el símbolo de la derrota de los hasta entonces invencibles tercios por el duque de Enghien y el inicio de la agonía militar de Castilla pero todavía el poder hispánico estaba lejos de ser erosionado y nuestros ejércitos serán respetados en Europa durante casi un siglo y medio, como de demostró en la guerra de sucesión de un rey casado en segundas nupcias en Valladolid, Carlos II, que supo conservar el Imperio que se le dejó.
En cuanto al hijo de Luis XIII y Ana de Austria, Luis XIV, conseguirá bajo su reinado pequeñas ventajas territoriales a costa de su primo Carlos II, debilitando mucho el poder francés y a un coste económico altísimo ahora bien, sentará a su nieto, el duque de Anjou en el trono español con el nombre de Felipe V, del que se hablará en otra entrada largo y tendido.
En cuanto a Cataluña, la traición a Felipe IV la pagaron con la pérdida de parte de su territorio y los excesos de los franceses, mucho peores amos que los castellanos que si bien, cometieron excesos en la guerra contra Francia, defendían a su rey, el nacido en esta ciudad de Valladolid, Felipe IV. Lo extraño de las rebeliones de 1640 es solamente perder Portugal.
Rocroi es el símbolo de la derrota de los hasta entonces invencibles tercios por el duque de Enghien y el inicio de la agonía militar de Castilla pero todavía el poder hispánico estaba lejos de ser erosionado y nuestros ejércitos serán respetados en Europa durante casi un siglo y medio, como de demostró en la guerra de sucesión de un rey casado en segundas nupcias en Valladolid, Carlos II, que supo conservar el Imperio que se le dejó.
En cuanto al hijo de Luis XIII y Ana de Austria, Luis XIV, conseguirá bajo su reinado pequeñas ventajas territoriales a costa de su primo Carlos II, debilitando mucho el poder francés y a un coste económico altísimo ahora bien, sentará a su nieto, el duque de Anjou en el trono español con el nombre de Felipe V, del que se hablará en otra entrada largo y tendido.
¿Qué prefieres? Puedes escoger. La leyenda, la realidad o tal vez ninguna. Este fue el dilema del rey nacido en Valladolid Felipe IV.
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