Karla y Carla tienen ya treinta y seis años
Y ambas mujeres se conservan de maravilla, en especial la de la canción de Los Nadie, interpretada de manera magistral por Martín Alonso y que no para de soñar desde 1986 en bares, discotecas y radios de la ciudad del Pisuerga, de Felipe IV, de la catedral inacabada pero también del ocio y de diversión hasta horas tardías de la madrugada.
Madrid, Barcelona y Valencia tuvieron su Movida pero también otras ciudades como Burgos o Valladolid, mucho más esta última que la música repetitiva de Celtas Cortos, pocos innovadora a mi gusto y nada creativa.
Karla representa la noche vallisoletana de mediados de los ochenta, divertida y simpática, amigable y siempre con buena música pero también con algunas peleas o malentendidos pero todo lo no tan bueno se olvida y las cosas vuelven a la normalidad el próximo fin de semana.
La costumbre de salir los jueves está muy extendida en esta ciudad pero el turno de mañana en los estudios o trabajo no perdona y tal vez el coste de oportunidad de esta diversión sea demasiado alto. Lo dejó a tu elección.
Hoy en día la zona de La Antigua y plaza de Portugalete ya no está tan concurrida como antaño pero no importa, sigue siendo un lugar fantástico.
No sé quién es Karla y seguramente el autor de esa canción, el cantante y bajista de Los Nadie, Martín, ni nos lo quiera decir pero en cuanto a Carla, hace tiempo que no la veo ni sé nada de ella. Sé que está casada pero no sé si tendrá hijos pero le deseo lo mejor. No ha perdido un ápice de su belleza o por lo menos así era cuando la vi por última vez hace unos tres años. Ha tenido suerte en la vida.
Las noches de Valladolid son mágicas pero la madrugada nos devuelve a la realidad pero los buenos recuerdos, como la buena música perduran para siempre.
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