Sebastián Cordero de Nevares




 Cantabria es la segunda casa de los vallisoletanos y para llegar allí se debe atravesar la provincia de Palencia, la menos turística pero tal vez, la más interesante y una de las más históricas de España y Portugal. Piña de Campos, tras haber pasado Amusco, nos da pie a llegar a Támara de Campos y Santoyo, dos lugares no muy conocidos pero que hay que visitar. Támara tiene una iglesia fantástica y fue sede de un importante tratado medieval entre Castilla y Aragón pero a pocos kilómetros está Santoyo, un lugar diferente y que tuvo gran riqueza agrícola en el siglo XIX.

El secretario de Felipe II, Sebastián Cordero de Nevares, era de la localidad palentina de Santoyo, antes llamada Santus Johannes y muy unida a la figura de San Juan Bautista. 

La única partida de nacimiento del rey Felipe II se encuentra en Santoyo, la de San Pablo de Valladolid se quemó. El pueblo palentino destaca por su historia, sus bodegas, sus casas y por la iglesia de San Juan, que combina varios estilos desde su base románica, con artesonado mudéjar y trabajos de Diego de Siloé, escultor renacentista español.

Si va uno de Palencia a Santander, es obligatorio o casi, pararse en Támara a ver San Hipólito y desplazarse a Santoyo para ver San Juan, iglesia que entusiasmó a Gregorio Marañón cuando la vio. Por algo será. Santoyo tiene iglesia, baptisterio, órgano, archivo... y por eso merece la pena ser visitado. No solamente vale ir a Támara, Astudillo, Boadilla del Camino o Frómista. El pueblo de Nevares hay que verlo con calma.

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