Última semana de agosto

 No me canso de repetirlo. Todo volverá a la normalidad antes de lo que nos creemos con las fiestas de la ciudad y el verano consume sus últimos días.

Verano Azul marcó a una generación entera y el verano en un pueblo de la provincia de Málaga pasó y cada uno regresó a su lugar de residencia habitual, excepto quien vivía en la propia localidad de la Costa del Sol. La canción del Dúo Dinámico expresaba por sí misma el canto del cisne del verano y el fin de las vacaciones. El grupo se rompió y puede que los amores de verano se diluyan como un azucarillo en el café ☕ con leche que todos nos tomamos en cualquier bar cercano a nuestra casa, en algún lugar de España.

El calor sofocante ya no lo es tanto pero todavía las mangas cortas sirven para los últimos días de un periodo estival que se acaba y que dejará paso a un otoño amenizado por los estudiantes, tanto universitarios como de otros niveles educativos. Estudiar en la universidad es un orgullo que no se puede equiparar a nada en esta vida y lo de menos son ciertos profesores vagos que cobran por no hacer nada y aprueban a quien quieren. Ojalá se pudiese dedicación exclusiva. Lo mismo debe ser aplicable a los médicos.

La lucha reivindicativa volverá en septiembre y con ella los parados y jubilados a la plaza Mayor y Fuente Dorada respectivamente. El día del reencuentro será de contar mil y una historias veraniegas que mezclan realidad y ficción pero que merece la pena escuchar porque serán efímeras a más no poder y no cansan. Será el día de la vuelta a la rutina pero antes están las fiestas patronales de la Virgen de San Lorenzo y las peñas, que dan un color diferente a este lugar. Habrá este año verbena republicana. Eso es algo genial. 

Hasta pronto.