Otro año de interino
Sólo los grandes artistas tienen magia y ese fue el caso de Olivia Newton-John, que ayer nos dejó para siempre. Estaba en su casa de California y hace ya muchos años que padecía una grave enfermedad.
Tengo un conocido que repitió el séptimo curso de la Educación General Básica y que luego se puso a estudiar Formación Profesional en el Camino de la Miranda de Palencia. La de vueltas que da la vida porque acabó estudiando en la Universidad Pontificia de Salamanca y estuvo de interino el pasado curso en un instituto del barrio vallisoletano de Pajarillos. No voy a decir cuál. La verdad es que solamente hay tres en el barrio en cuestión: Leopoldo Cano, Galileo y Diego de Praves. Los dos últimos no tienen demasiada buena fama pero la verdad es que cada uno cuenta las cosas como le van o se estudia no donde se quiere sino en el sitio que se puede. El Emilio Ferrari y el Condesa Eylo tampoco tienen buena fama pero incluso así, se podría prescindir perfectamente de la escuela concertada: el parado sin prestación le paga el colegio caro al niño pijo que desprecia el trabajo y a la clase obrera en general.
Si algunos interinos de la pública se ganasen el sueldo, la gente no elegiría la concertada.
Se subvenciona no a las personas sino a los centros educativos. Hay derecho a elegir, faltaría más, pero que cada uno se pague sus caprichos. La concertada es una anomalía de España y de Bélgica, de la que se podría prescindir perfectamente porque no hay natalidad.
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