Tratado de Nerchinsk

 La Edad Moderna supuso la expansión de España y Portugal tanto en América como en todo el mundo pero de una forma paralela también Rusia crecía en cuanto extensión territorial hacia el Este conquistando la práctica totalidad de Siberia ("territorios del norte") y llegando hasta el Océano Pacífico, algo que parecía imposible en tiempos de Iván III, cuando los rusos se sacuden el vasallaje a los mongoles de la Horda de Oro. Tras Iván IV el Terrible, el caos llega a Rusia pero el estado oriental sobrevive y logra una importante fuerza y poder a nivel mundial en los siglos venideros.

En 1689 los rusos y los chinos llegan a un acuerdo para fijar límites territoriales en el Extremo Oriental y tienen que intervenir como traductores jesuitas de origen portugués y francés porque ni los rusos entendían chino ni los chinos, el idioma ruso. 

Ese mismo año nace en España Blas de Lezo, uno de nuestros grandes héroes y que derrotará totalmente a los británicos en América, dándoles a entender que todavía España era una gran potencia.

A finales del siglo XVII España se recupera y Luis XIV consigue pequeñas ganancias territoriales a un coste muy alto a costa de su primo Carlos II, cuya segunda boda fue en Valladolid. Las grandes potencias europeas quieren repartirse España pero tras la muerte de El Hechizado verán que no es tan fácil.