Volveré en unos pocos días a la ciudad
El final del verano llegó y cada uno regresa a sus quehaceres cotidianos después de un maravilloso tiempo de descanso para iniciar un nuevo curso escolar o laboral pero el reencuentro llega para contar las mil y una anécdotas del verano, caluroso pero que parece eterno en principio y que se hace corto, muy corto.
El Colegio de Santa Cruz fue fundado por el Cardenal Mendoza en tiempos de Isabel I de Castilla y tendrá entre sus muros miles de historias de los estudiantes que han pasado por allí a lo largo de los siglos pero no es el único colegio mayor de la ciudad, estudiantil por antonomasia como la vecina Salamanca, Alcalá de Henares, Santiago de Compostela, Granada, Madrid o Barcelona. Viva la universidad a pesar de ciertos impresentables que aprueban a quien quieren y que cobran sin hacer nada porque son pluriempleados. Sobran en la universidad y la hacen mala.
Los bares de la calle de Librería suelen estar llenos todo el año pero es con la llegada de los estudiantes cuando comienzan a tener ambiente juvenil.
La calle del Cardenal Mendoza o la calle del Paraíso también se llenan de juventud con el nuevo curso escolar pero antes habrá que disfrutar de las fiestas patronales de la ciudad de Valladolid.
Quien haya tenido que presentarse a los exámenes de septiembre casi no tiene tiempo de descanso porque el tiempo lo cambia y es lo único contra lo que no se puede luchar.
En cuanto a la formación profesional, cuando la pública sea más seria y a ciertos alumnos que vienen a pasar el rato se les ponga disciplina, la concertada, una privada que pagamos todos, dejará de demandarse y por tanto, de existir. Quien quiera colegios de pago, con su dinero y no con el de los demás. La privada y por tanto, la concertada, hacen selección de alumnos de una manera o de otra.
Para calendarios, los de Pedrajas de San Esteban.
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